El técnico de Venezuela, Rafael Dudamel, no compareció este lunes ante los medios de comunicación tras el amistoso que su equipo perdió 2-1 en Girona frente a Cataluña y su futuro se resolverá en Venezuela, según explicó la persona que salió a atender a la prensa, el asistente Marcos Matías.

Matías explicó que Dudamel le encomendó la misión de responder a las preguntas de los informadores, pero negó que esta imagen fuese confirmación de que el seleccionador dejaba el cargo después de haberlo puesto a disposición de los dirigentes el viernes pasado.

Precisamente ese anuncio por parte del técnico fue la justificación de su asistente para negar que el futuro del preparador estaba decidido.

"La decisión de la continuidad no pasa por Dudamel", señaló Marcos Matías, para añadir que, después de poner su cargo a disposición de los responsables de la federación, son éstos los que deben reunirse ahora en Venezuela y pronunciarse.

Matías subrayó además que toda esta situación se produjo en fin de semana, por lo que serán esos dirigentes quienes tengan "la última palabra".

El encargado de atender a la prensa tras el amistoso aprovechó también para elogiar la calidad de Cataluña, de la que señaló que, aunque sin presencia en competiciones oficiales, dispone de jugadores de categoría con una intensidad idónea para que Venezuela prepara la Copa América.

Por último, Matías restó importancia a los problemas físicos sufridos por Juanpi Añor, que milita en el Huesca, y precisó que si fue sustituido fue "para prevenir y evitar alguna recaída, pero aparentemente fue solo el golpe".

El partido

Tan solo tres días después de dar la sorpresa al batir a Argentina en Madrid, la selección venezolana se vio sorprendida por la de Cataluña, que se impuso por un ajustado 2-1 en el amistoso disputado este lunes en el Estadi Municipal de Montilivi, el feudo del Girona Fútbol Club.

Bojan Krkic y el joven Javi Puado marcaron por el cuadro local, mientras que Roberto Rosales, del Espanyol, firmó el tanto del conjunto de Rafael Dudamel.

Liderada por un omnipresente Gerard Piqué, la selección catalana sometió a la venezolana a través de la posesión del esférico.

Rafael Dudamel tan solo introdujo cuatro cambios respecto al once que el viernes se impuso a la desnortada Argentina de Leo Messi en el Wanda Metropolitano (3-1), pero el equipo suramericano, el 32 clasificado de la clasificación FIFA, no pudo hacer más que resguardarse e intentar percutir la defensa rival saliendo al contragolpe.

Con todo, a pesar de verse incapaces de hacerse con el control de los tiempos del encuentro, los visitantes fueron quienes estuvieron más cerca de estrenar al marcador en la primera mitad.

Jhon Murillo y Roberto Rosales, que actuó en el lateral izquierdo del 4-5-1 de Rafael Dudamel, pudieron avanzar a la Vinotinto, pero los palos de la portería catalana repelieron sus intentos.

La mejor ocasión de los locales, más allá de un potente disparo de Joan Jordán que la defensa venezolana desvió a córner, la protagonizó Piqué, que estrelló una falta en el travesaño de la portería de un Wuilker Faríñez que ratificó su excelente estado de forma.

El partido se animó todavía más justo después del entretiempo. Tan solo habían transcurrido tres minutos cuando Josef Martínez, titular en detrimento de Salomón Rondón, estuvo a punto de hacer gala del olfato goleador que la temporada pasada le llevó a convertirse en el pichichi de la MLS, pero su disparo se marchó por encima del larguero del arco catalán.

La réplica local se produjo en el minuto 52, cuando el centrocampista barcelonista Riqui Puig, tan joven como talentoso con el esférico en los pies, filtró un pase a la espalda de la defensa visitante para que Bojan Krkic, solo ante la portería, anotara el 1 a 0.

La Vinotinto reaccionó rápidamente por mediación del que fue uno de los jugadores más destacados de todo el encuentro, un Roberto Rosales que en el minuto 58, aprovechando un grave error defensivo Martín Montoya, apareció por sorpresa para batir a Isaac Becerra en el uno contra uno, regalando una alegría a los centenares de venezolanos que se acercaron a Montilivi para arropar a los suyos.

En el minuto 89, cuando parecía que el duelo se encaminaba a la tanda de penaltis, Javi Puado, del Espanyol B, cazó un balón muerto en el área y fusiló a Faríñez para anotar el 2-1 definitivo.

EFE